La Consejería de Educación se ha embarcado en la modificación del currículo de los niveles de Primaria, Secundaria y Bachillerato, que viene a ser como la hoja de ruta que determina los conocimientos que deben adquirir los alumnos sobre estas etapas. El proceso se ha iniciado y ahora lo que se va hacer es debatirlo con la comunidad educativa, aunque el consejero Javier Imbroda ha adelantado algunas de las cuestiones que se quieren incluir, entre las que sobresale el adelanto de los exámenes de recuperación de septiembre para que se realicen a finales de junio o principios de julio.
Esta medida se implantaría en todos los niveles educativos, aunque “sobre todo” en segundo de Bachillerato para así “compaginar” los tiempos con el periodo de matriculación en las universidades. Aunque ahora se inicia el proceso de discusión pública de las nuevas normas, el objetivo de la consejería es que pueda aplicarse ya en el curso 2020/2021.
Otro de los aspectos a los que ha hecho mención Imbroda ha sido la revisión de las horas de libre configuración autonómicas, para incluir materias como robótica, debate, actividad física y refuerzo escolar. “Ahora hay que ver cómo avanza el debate y escuchar a todas las partes, pero es imperioso iniciar este debate”, ha apostillado.
El consejero presentó un informe sobre los decretos que regulan los currículos al Consejo de Gobierno el pasado 4 de junio, fecha en la que quedó abierto el plazo de consulta pública. Entre las cuestiones que se estudiarán figura la reorganización de la oferta y los tiempos escolares en Educación Primaria para facilitar al alumnado los aprendizajes de la expresión y comprensión oral, la lectura, la escritura, el cálculo, la adquisición de nociones básica de la cultura y el hábito de convivencia, así como los de estudio y trabajo, el sentido artístico, la creatividad y la afectividad.
En el caso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria se pretende adaptar el espacio de configuración autonómica de las mismas para que los alumnos adquieran los elementos básicos de la cultura, especialmente en sus aspectos humanístico, artístico, científico y tecnológico; desarrollen y consoliden hábitos de estudio y de trabajo; se prepararen para su incorporación a estudios superiores y para su inserción laboral, y se formen para el ejercicio de sus derechos y obligaciones en la vida como ciudadanos.
La Consejería ha detectado también una dispersión de los programas de refuerzo educativo, herramienta imprescindible para acabar con el abandono y el fracaso escolar, y que afecta a la consecución de su objetivo, por lo que plantea una regulación de los mismos, que los dote de coherencia y claridad tanto en Primaria como en Secundaria.
Por su parte, en Bachillerato se adaptará el espacio de configuración autonómica de estas enseñanzas con el fin de proporcionar a los estudiantes formación, madurez intelectual y humana, así como los conocimientos y habilidades que les permiten desempeñar sus funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia. Asimismo, capacitarlos para acceder a la educación superior.
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